Star Hunters

Reminiscense of midnight

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Deinonychus
CAT_IMG Posted on 1/1/2014, 21:18




Miro la cúpula celestial con pesadumbre, la oscuridad infinita que nos consumirá a todos.

Me llama, lo siento, este dolor que atraviesa mi pecho.

La sombra me acecha en sueños, cada día es más intensa, si sigo así... No habrá marcha atrás.

-Mierda, un poco más, solo... Quiero volver a verla.

Salto desde la ventana, un acto suicida.

Noto la gravedad arrastrándome hacia el fatídico desenlace, es cuestión de tiempo que sea aplastado y reducido a pulpa.

Pero, antes de que el fatal acontecimiento tome lugar, de mis brazaletes empiezan a surgir cadenas que se clavan en la arquitectura colindante, deteniendo mi avance en seco.

Mis músculos se tensan por la brutalidad de la acción, noto un dolor punzante que no tardará en convertirse en un recuerdo.

Igual que yo.

Justo cuando noto el asfalto bajo mis botas, una figura se presenta ante mi.

La de aquel que se convirtió en mi salvador.

El hombre que era una luz inextinguible... Está cubierto por un halo de tinieblas.

-Zeon -Me tensó al escuchar mi nombre, la densa lluvia azota mi capucha.

-Cronos -Respondo con frialdad -¿Que haces aquí? An estaba preocupada.

Una mueca de dolor surca su rostro ante mi declaración.

-Lamento haberle causado pesar, pero tenía un trabajo que hacer.

-¿De que se trataba? -El olor de la sangre lo impregna, sea lo que sea lo que ha hecho es evidente que no es nada que Genryu autorizaría.

-Te veo haciendo muchas preguntas para alguien que salta por la ventana en mitad de la noche para no despertar a nadie.

-Touché, solo quiero dar una vuelta para conciliar el sueño.

Desde el cielo sus ojos inquisitivos se clavan en mi, su mirada... Es como la de Raab en aquel bosque.

Ojos que desprecian al mundo y todo lo que este representa.

Ojos de un vengador dispuesto a purgarlo.

-Cronos, ¿Que te ha pasado?

-Ya te he dicho que estás haciendo muchas preguntas.

Es la única respuesta que le arranco al gigante antes de que si figura atraviese el umbral de la puerta.

.
.
.

Edificios grises bañados en penumbra.

Una nube de rostros y voces.

¿Que esconden?

¿Que pensarán mañana al despertar?

Luces enfermizas bañadas en las lágrimas de Dios.

¿Acaso está llorando por ver en que se ha convertido su obra?

Fijo en mi mente la ubicación.

Mi destino.

Mi redención.

El lugar... Donde reposa la luz que ilumina mis tinieblas.

La estrella más brillante de mi firmamento.

Oh Dios, permite que sea egoísta.

Permite que mancille su cielo, que la podredumbre de este mundo pueda sentir el calor.

Permite a este humilde leproso sentir el tacto de la portadora de la salvación.

Usando mi magia llego al alfeizar de la ventana, contemplo el cuerpo que reposa sobre el lecho.

Lágrimas se disipan en la lluvia.

Perderemos todo lo que hemos conseguido, nos reduciremos a la nada.

Y aun así, ¿Por que los humanos deciden aferrarse a tanto?

¿Por que no nos dejamos caer en el abismo de la locura y la muerte?

¿Será por algo tan insignificante?¿Es posible... Que esa minúscula luz pueda importar más que el resto del mundo?

Una estrella, un cuerpo brillando en la oscuridad.

Y yo, en mi egoísmo, dispuesto a cazarla para no ser engullido por el averno.

-Dime Selena, realmente... ¿Me permites ser mezquino contigo?

Una tenue sonrisa se forma en mis labios mientras contemplo el cuerpo inconsciente.

Sonrisa que es rota en miles de pedazos en un instante.

Al reparar por primera vez en el espejo que reposa en la pared adyacente.

En su superficie pulida se tendría que reflejar mi rostro.

Entonces...

-¿Por que estás aquí? -Musito con temor.

Pelo gris como el hierro.

-¿Por que estás aquí?

Armadura azabache como las almas del Hades.

-¿¡Por que estás aquí!?

Facciones inexpresivas como las de una estatua.

-¡DIME POR QUE COJONES ESTÁS AQUÍ RAAB!



El cuerpo de la pequeña se sacude levemente.

Me tenso, una parte de mi desea huir para evitar que me vea, lo que he hecho esta noche es algo repulsivo e impropio de mi.

Pero no puedo dejarla si el está aquí, no puedo permitir que ponga sus manos sobre ella.

Mi hermano está muerto, el cascarón vacío que ocupa su cuerpo no tendrá piedad de ella.

El monstruo en el que se ha convertido no dudará en asesinarla, en destruir cualquier rastro del pasado.

Mi auténtico hermano murió hace años, igual que yo morí esa noche.

En la que el mismo me asesinó.

¡!

¿Por que mis recuerdos son borrosos?

¿Por que no puedo discernir con claridad que pasó entonces?

¿Siempre ha sido así?

¿Por que no me había dado cuenta hasta ahora?

El rostro se transforma.

Mi hermano es consumido por la oscuridad.

Un grotesco bufón usurpa su rostro.

Un ser de sombras cuyo interior emite luz.

The_14th

Este me indica que no haga ruido.

Algo acaricia mi rostro, giro mis globos con horror hacia mi mejilla esperando encontrar al peor de los demonios.

Para mi sorpresa, no hay nada.

El ser está acariciando mi reflejo.

¿Que clase de macabro espectáculo estoy presenciando?

Todos mis instintos me gritan que huya.

Pero, si lo hago, nada me garantiza que nada le pase a Selena.

He sido estúpido.

Mi egoísmo la ha puesto en peligro.

Con voz queda, formulo la pregunta que había estado evitando con todas mis fuerzas.

-¿Que quieres?

-Darte un regalo -Una voz grabe retumba en mi cabeza, las manos del ser se posan sobre el cráneo de mi reflejo.

Siento diez dagas sobre mi cráneo.

-Quieres saber que pasó aquella noche, por que tu hermano te dejó moribundo.

Mi mente es asaltada.

-El cuerpo puede curarse, pero la mente no siempre es tan resistente -El demonio prosigue con su oratoria.

La oscuridad me consume.

-Permite que te bendiga con mi maldición.

¿Que es esto que siento?

-A que... Te refieres -Demanda Zeon, el demonio lo mira a través de las luces esmeralda que parecen ser sus ojos.

-No eres válido -La voz de Exael parece un grito gutural, el miedo recorre la espalda de Zeon -Tu no eres Azazel, tu no posees su poder.

-Azazel -Zeon susurra el nombre maldito.


Lo recuerdo, después de que Yomi tomara el gremio y de encontrarnos con Selen.

Antes de que todo se desmoronara.


-¿Lo recuerdas? -Raab eleva los brazos de su hermano con pilares de tierra, después se acerca a el lentamente mientras su capa ondea al viento y le susurra al oído -Fuego, sangre, muerte y oscuridad... Tu eres la causa de todo, la piedra angular.

Nos encontramos con nuestro antiguo equipo y Álastor.

Comimos, bebimos, reímos...

Esos días felices...

¿Por que resultan tan lejanos?


-¡No fue culpa mía! -Se defiende el acusado -Yo no... No tuve nada que ver con eso.

-Pero eres la conseqüencia -Raab crea una espada de luz y atraviesa el vientre de su hermano, haciendo que este caiga al suelo -Cuanto más te acerques a la muerte, más cerca estarás de poder ser... Mi hermano.


La reminiscencia de esa noche maldita.

Raab me asesinó.

O mejor dicho, podría haberlo hecho.

Pero me dejó vivir.

¿Con que propósito?

¡!

¿Que es esta imagen que me asalta?

¿Como es posible que tenga recuerdos cuando mi cuerpo está inconsciente?

En ese bosque... Mis ojos vacíos están mirando el cielo.

La herida es mortal, he perdido demasiada sangre.

Pero algo me salva.

Algo surge de mi interior.

La herida ha sido un detonante.

He renacido, el lodo negro me consume.

Mi piel empalidece, símbolos extraños cubren mi piel.

Yo...

Fuera del recuerdo, desfallezco sobre mis rodillas.

Caigo del alfeizar, alas espectrales surgen de mi espalda y me ayudan a aterrizar con suavidad.

Posando mi zurda sobre el asfalto convoco una densa niebla.

La oscuridad toma la forma de un hombre.

Dos rubíes coronan el rostro de tinieblas.

-¿Como? -Pregunto al espectro.

-Tu propio cuerpo me rechazo a causa de aquella experiencia, tu propio subconsciente me redujo a un recuerdo lejano que parasitaba tu cuerpo y te nutría, tu hermano lo comprobó cuando te envió a Berfoment.

-Y al darse cuenta de ello, decidió hacer lo único que podía para liberarte -Añado con tranquilidad.

-Así es, tenía que llevarte hasta las puertas de la muerte con tal que destruyeras la barrera que tu mente había puesto sobre mi, necesitaba empujarte hasta el punto en el que tu raciocinio fuera sobrepasado por el simple instinto de supervivencia.

-Por eso cuando Yuri me asesinó despertaste de nuevo, nunca permitirías que tu recipiente fuera destruido.

-Eso solo fue un segundo catalizador para avanzar en tu progresión, para mostrarte el alcance de nuestro poder.

-Y con ese fin te presentas ante mi.

-Exacto -El demonio se alza, dos enormes alas ocultan la Luna -Porque a diferencia de otros demonios, yo soy un contratista nato, fui la mano derecha del propio rey de los caídos y el único que consiguió escapar de la jerarquía de los nueve círculos, soy el que te ofrece el poder para sobrepasar a los cielos.

-Y también para condenarlos a todos.

-Aquello que te habló fue la propia voz de tu alma, el dolor y odio que sientes hacia ti mismo, yo ya te he reconocido como alguien digno de poseerme.

-Pero yo nunca te reconoceré como alguien digno de usar mi cuerpo, no pienso dejar que la oscuridad me consuma -Afirmo mientras miro los orbes de fuego del espectro.

El cuerpo se agita.

El alma maldita se abalanza sobre mi, parando en seco a escasos centímetros de mi rostro.

El fuego de sus ojos se extiende por todo su cuerpo, destilando un inmenso odio hacia mi persona.



Me contempla como contemplaría a un gusano.

Un mero insecto que podría aplastar cuando quisiera.

-Tu... Necio fruto del pecado, patética marioneta de barro, estás tan podrido que serías capaz de emponzoñar a los gusanos que devorarán tu cuerpo cuando hayas fallecido entre gritos de agonía, ¿Tu entre todos los de tu lastimosa especie osa rechazarme?

-Así es, Azazel, tu tacto solo es capaz de destruir aquello que roza, tus palabras corrompen a los puros, tu que fuiste alagado por el peor de los de tu raza, no permitiré que me uses para tus fines.

Una carcajada demencial sale de sus labios.

La nube negra se sitúa frente a mi, la diferencia de alturas es todavía más notoria que con Cronos.

-No sabes nada, ni de la oscuridad que acecha en lugares donde tus pesadillas temen acercarse, ni de la luz con la que sueñan tus más preciados deseos. Tu, primate que te arrastras por el fango y la podredumbre, nunca podrás llegar a conocer nada de la infinidad que custodio, de los secretos que vuestros más preciados alquimistas persiguen durante esos breves parpadeos a los que llaman vida: sus mayores tesoros no son más que juguetes de infantes ante mis ojos. Si, como bien has dicho fui alagado por nuestro amo y señor, yo soy el mayor artífice de todo el submundo, aquel que ve en lo que erróneamente denomináis milagros una ciencia entendible y reproducible.

La ira es palpable.

El sentimiento de asfixia me invade.

Soy su recipiente, su contratista.

Soy el amo de esa incalculable masa de energía.

Estamos echando un pulso por mi cuerpo.

Si cedo, seré consumido.

No quedará nada de mi.

Igual que con Yuri, el momento en el que mi mente sea sobrepasada, me arriesgo a no volver a ser yo mismo nunca más.

Y con ese fin me promete aquello que deseo.

Con ese fin envenena mi mente y mi alma.

Debo tomar sus palabras como un mero espectáculo con el fin de destruir mi psique.

-Nada de lo que consiga con tu poder podrá satisfacerme, solo eres un agujero negro que se tragará todas las estrellas del firmamento, y mi deber es impedirlo. Seré Rodín, crearé las puertas que sellarán tu infierno para proteger esta tierra, para proteger mis sueños.

-¿Puertas y sueños? Eso no tiene ningún poder ante mi, tus únicas opciones son abrazarme o desaparecer en el olvido.

-¿Que los sueños no tienen ningún poder ante ti?¿Acaso los artífices no nos dedicamos precisamente a darles forma a los sueños?¿Que podrías crear sin ellos?¿Hasta que punto podrías sobrevivir sin ellos?¿Acaso... No soñáis todos los demonios con el cielo?

La última frase hace que se aparte de mi, el cuerpo nebuloso contempla en silencio el firmamento.

Rememorando su pasado, una historia milenaria grabada en el arte y las leyendas.

-Al menos sabes hablar, mocoso -Tras el halago la neblina se disipa -Muy bien, contemplaré como te destruyes a ti mismo, como todo lo que quieres se desvanece, como te hundes en la desesperación. Esperaré hasta que tu propia oscuridad te devore y te arroje hasta las entrañas del infierno, y allí... Suplicarás que te ofrezca aquello que has despreciado esta noche.

Sin darme cuenta he empezado a sudar.

Intento sosegarme.

Alzo mi rostro para poder contemplar las estrellas.

Sin embargo, todas están ocultas.

Lo único que reina sobre mi es una insondable oscuridad.

¿Podrá el caballero sobreponerse a la oscuridad de su interior?
 
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